miércoles, 20 de junio de 2012

Ruta Sureña (2ª parte)

Os seguimos contando:

Tras las Lagunas de Chacahua fuimos a Zipolite, un pequeño poblado en la costa, con solo una calle, lleno de hippis y que es el lugar perfecto para no hacer nada. Unos de los días que estuvimos de playeo vimos realmente la bravura del Pacífico, casi mueren ahogados una pareja  que se metieron y se quedaron atrapados en la rompiente de las olas, parecía una escena de los vigilantes de la playa, solo faltó ver a Pamela Anderson con las chichis botando.

En este pueblo, los típicos vendedores de tours que te acosan, si ves que no les interesa el viaje que te ofrece, de repente empiezan a gritarte MOTAMOTAMOTAMOTAMOTA...(para venderte yerba). Todo el mundo intenta hacer negocio de alguna manera.




Nos costó bastante trabajo irnos del paraíso, pero nos quedaban pocos días para muchas cosas por ver. Desde Zipolite volvimos a Oaxaca, esta vez por otra carretera algo mejor. 

Antes de llegar a la ciudad hicimos una parada en Hierve el Agua. Esto es una zona donde hay una serie de cascadas petrificadas y alguna piscinas de aguas termales. El paisaje es impresionante.






Y llegamos a la última parada del viaje, que era de nuevo la ciudad de Oaxaca. Esta ciudad es donde realmente te das cuenta que estas en México, indígenas por todos sitios, escuchando diferentes lenguas, viendo en los mercados chapulines, chiles, café, mole, chocolate, artesanía...




Estos días fue donde Paco se lo pasó mejor, se volvía loco cada vez que entraba a un mercado, parecía un niño chico en un parque de atracciones, se tuvo que comprar un petate para poder llevarse todo lo que compró. 

Echamos unos cuantos días de lujo, viendo unos cuantos de museos, hinchandonos de micheladas, yendo a mercados.... Nos dio tiempo hasta a montarnos un equipo de baloncesto.








Y no me puedo despedir sin hablar de unos de los mejores productos de Oaxaca, que es su mezcal, este mejunje te vuelve bien locochón. Nos echamos una noche en La Casa del Mezcal, probando todos los tipos que había y conociendo a gente pintoresca del lugar. El Paco puede contaros lo weno que está, y lo que te hace esta bebida, decidle que os cuente lo que pasó esa noche en el Hostel como un sonámbulo dando vueltas por la habitación y subiéndose a camas ajenas hasta que mancornó contra el quicio de la puerta.




Y ya agarramos el camión camino al DF, donde nos despedimos del Paco y nosotros seguimos con destino a Guadalajara. Saludos a toda la banda!!

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