Las Enseñanzas del Espíritu del Híkuri (Peyote)

Después de conducir durante 10 horas en la noche llegamos al semidesierto de Wirikuta y llegamos al pueblo de Real de Catorce conocido por se hábitat natural del peyote y la intención era probarlo. Como estábamos reventaos del viajito en coche nos acostamos un poquito no sin antes acordar con un lugareño unos paseos en caballo y la posibilidad de probar el peyote.

Salimos en caballo hacia unas minas de plata abandonadas, fue la ostia porque poníamos a galope los caballos y casi ninguno había montado jamás, vamos a punto de caerte y partirte el culo, vimos el cerro quemado que es centro de ceremonias para el pueblo Huichol que son los que toman el peyote como forma de cura y meditación en ceremonias.

Estábamos preparados al día siguiente para ir a acampar al desierto, pero nuestros culos no lo estaban del paseito en caballo del dia anterior, así que nos esperaba una buena porque teníamos que ir dos horas en caballo otra vez. Le cambié mi caballo a guia por su burrito que se menea mucho menos, esta vez tambien los pusimos a galope, el burro a galope era pá verlo jajaja.

Por fin llegamos a Wirikuta, teníamos que montar las tiendas de campaña y buscar el peyote como el que se pone a buscar setas, ya que lo guapo es comerte los que ha encontrado uno mismo, la experiencia iba ser por la noche, los guias nos buscaban leña para toda la noche, se montaron otra casa de campaña cerca pero no al lado de la nuestra y nos dejaron a nuestra bola.

Sabor bastante malo, luego te estás una hora y media con la barriga vuelta de revés, hasta que vomitas o lo aguantas y cuando el híkuri lo decide te deja de doler y comienza el viaje lleno de luces, cactus, cuernos de venado y pensamientos que se funden con todo lo anterior y contigo mismo en el suelo del desierto.
A la mañana siguiente teníamos la cabeza en filipinas pero menos mal que Alfonso estuvo bien y le tiramos a relajarnos en agua en la Huasteca Potosina, zona que ya había estado con Ivan, pero llegamos a Micos unas cascadas escalonadas con algunos saltos de 8 metros en plena naturaleza.

Y así en aguita se nos paso el bombazo de Real de Catorce.