Chiapas es el México auténtico con indígenas de varias clases con sus costumbres y ritos de antaño. El punto de llegada fue San Cristobal de las Casas te lo vende como sitio muy hippie pero me dio la impresión que es mas hippijo porque lo que hay son 4 listos vendiendo artesanía y todo lo demás a un precio desorbitado y el resto diciendo "Que guay tiooooo lo que haces" (con voz de petao).
Cerca esta San Juan Chamula un pueblecito donde las mujeres van con faldas y los hombres con chalecos de pelo de carnero y su peculiar iglesia que hacen ritos con sacrificios de animales, nos toco ver como le torcían el cuello a dos gallos y se lo pasaban por el cuerpo, toda la iglesia por dentro esta llena de velas y el suelo de hojas de pino.
Hicimos el cañon del Sumidero, unas de las maravillas naturales de la república, es una cañon que tienes que atravesarlo en lancha y las paredes en el sitio mas alto pasan el kilómetro, nos tocó ver cocodrilos y cervatillos. Tambien visitamos Agua Azul que son unas casacas de agua turquesa pero como estabamos en la temporada de lluvias pues no estaban tan azules sino color mierda, así que no nos pudimos bañar a gusto, pero si disfrutamos la cascada más grande y con más agua que he visto Misol-Ha.
Fuimos a más ruinas porque en esta zona es lo que toca, empiezas a adentrarte en el mundo Maya, esta vez visitamos Palenque, impresiona porque es de las ruinas más grandes.
Además está dentro de una selva que es una reserva natural, nos pudimos alojar en "El Panchán" un sitio a las puertas de las ruinas en unas cabañas en mitad de la selva, yo de allí no me queria ir, te sentias en el corazón de la jungla, viendo infinidad de pájaros, insectos por todos lados y muy molestos pero lo que me molo de verdad fue por la noche las luciérnagas, ¡¡ WAA!! nunca las había visto y son como chispazos de mechero pero concentrado durante un ratito de vuelo.
Nos tuvimos que marchar porque había que continuar el trip, visitamos más ruinas Bonampak y Yaxchilán, estas últimas fueron el flipe total porque para llegar hay que ir en barca y una vez allí estás en jungla de verdad con árboles enormes y acojona escuchar a los monos aulladores que pegan unos berrios como leones.
Acabamos en la Selva Lacandona, este pueblo anteriormente vivian de la jungla, vestían los hombre con túnicas blancas y con pelo largo, pero ya han vendido el culo y han montado campamentos de ecoturismo. Dimos un paseo por la jungla durante 4 horas con un bañito en unas pozas que te sienta a gloria, la selva suena a serrería con todas las chicharras haciendo ruido a al vez.
¡¡Ostias parece que voy en bolas en el video, JAJAJAJA!!
La selva Lacandona está compartida entre México y Guatemala y cuando vimos que nos separaba un rio de Guatemala pues dijimos "¡¡A HUEVO!!" y cruzamos del tirón.